El Costo Invisible del Cuidado

 

La fatiga por compasión, aunque no siempre visible, es una realidad que afecta a quienes trabajan en profesiones de ayuda, como enfermeros, médicos, psicólogos e incluso cuidadores familiares. Este fenómeno, a menudo confundido con el agotamiento, tiene un componente emocional profundo. Surge cuando el acto constante de empatizar con el sufrimiento de otros comienza a desgastar la capacidad emocional del cuidador.

A medida que las demandas aumentan en sectores como la salud y el bienestar, los trabajadores enfrentan una presión considerable para mantener un estándar de cuidado impecable. Sin embargo, esta constante exposición al dolor ajeno puede resultar en sensaciones de insensibilidad, culpa o desconexión emocional.

Los estudios destacan que la fatiga por compasión puede mitigarse mediante estrategias clave: el autocuidado, el establecimiento de límites y el acceso a redes de apoyo son esenciales. Además, las organizaciones pueden desempeñar un papel crucial promoviendo ambientes de trabajo que valoren tanto el bienestar de los trabajadores como el de los pacientes.

Hablar de la fatiga por compasión no solo visibiliza un problema que afecta a millones de personas, sino que también abre la puerta a la creación de sistemas más humanos, donde el cuidado comience por quienes lo brindan.

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